El bar del Fico está en una plaza homónima, muy cerca de Piazza Navona. Es un local mítico, de los de toda la vida, aunque en realidad nosotros lo conocimos porque en su terraza, debajo de la higuera que le da nombre, se juega al ajedrez prácticamente todos los días. Scacchi lo llaman aquí. Curiosamente, como el perro imaginario que ojazos tenía el año pasado. Pero no sólo es un sitio para jugar al ajedrez, pues también es un buen lugar para descansar, para tomar una cerveza, un chocolate caliente o, incluso, tomar el aperitivo o comer algo. No es un sitio precisamente barato, (6 euros el medio litro de cerveza) aunque tampoco mucho más caro que los que le rodean, y es verdad que su decoración tampoco está demasiado cuidada, pero tiene ese toque bohemio y decadente que a mí tanto me gusta, con las paredes desconchadas, letreros antiguos y un rollo de “vive y deja vivir” que en el fondo me va bastante. Por eso, algunas veces, cuando las cosas cuadran, llevo hasta allí a alguno de nuestros invitados. Hoy, por cierto, hemos cerrado temporada y hemos hecho recuento: diez meses, once visitas, treinta y un invitados y muchos momentos inolvidables compartidos con nuestra gente. Hagan juego señores, que en septiembre la ruleta vuelve a girar.
Madre mía,no hay rutinas en tu vida.a visita por mes uffff…..
Apuesto!!!!!
como soy el uno que sumado al 30 da el resultado total, con eso de intuir la imparidad desde enana, con aquello de sentirme y saberme en casa allá donde vosotros esteis, con el equilibrio y la coherencia que (me) supone ser una visita, una semana y una persona (toma ya tontuna), con la perspectiva que da el tiempo y un golpe en la cabeza ( o las mariposas que se convirtieron en gusanos como trozos), me estoy viendo en Roma a la vuelta del verano, pa recargar fuerzas ya en los 40, pasadas ya cuarentenas y consecuencias… así que ve haciendo hueco, que me gusta Roma, que renueva y trae sorpresas, que van a ser muy muy buenas!! me pido primer! (y no hablo de desertar en estrecheces…:P)