Esta mañana nos levantamos festivos y, pese a que la previsión meteorológica anunciaba lluvias, decidimos lanzarnos a la aventura de atravesar, nunca mejor dicho, Italia, de lado a lado, para conocer su costa este, la adriática. Y lo primero que debo decir es que la carretera por la que hemos venido, cruzando Los Apeninos, nos ha sorprendido muy positivamente.
A la llegada a Tortoreto, donde un rato antes habíamos reservado una habitación gracias a San Booking, nos hemos dado cuenta de que el antiguo pueblo medieval, donde nosotros teníamos el alojamiento, está a 300 metros sobre el nivel del mar, mientras que abajo, a unos tres kilómetros por la carretera, junto a la playa, está la más reciente área urbana, donde están las nuevas (y horrorosas) construcciones (de cemento). Eso sí, tienen un paseo marítimo muy agradable, con carril bici y cientos de palmeras.
La playa también nos ha gustado, así que, aunque la temporada terminó el día 7 de septiembre y hemos tenido que sobrevivir sin vigilancia, sin áreas de sombrillas y tumbonas y sin chiringuitos…¡¡nos hemos bañado!!. Y es que, ni los niños ni yo nos habíamos bañado nunca en el Adriático y, con un día soleado y treinta grados, no podíamos perder la ocasión. El agua tenía la temperatura ideal, aunque, así, por decir algo, nos ha parecido con más oleaje y menos salado que el Mediterráneo…pero vamos, que esto es hablar por no callar.
Y para terminar, vamos a lo nuestro, a lo gastronómico, a esa pizza que sabe bien en casi cualquier sitio de Italia, a los delicados gnocchi que no sólo se pueden hacer de patata, sino también de semolina, como los de hoy (otro día me extiendo) y, por supuesto, os puedo recomendar los arrosticini que es una de las comidas típicas de la región de los Abruzzos (donde también está Tortoreto) y que no son otra cosa que pinchos de carne de cordero a la parrilla. Muy ricos, eso sí.
(¡¡Felices fuegos villaodoneses!!)
Nunca pense que un pincho de carne se pudiera llamar “arrostocini”
Ya podeis incluir otro mar en la lista. Pero las playas “no son como las de Cadiz” jajaja
Hay que ver como se las gastan estos gaditanos, de Usera y nacidos en Vigo…casi ninguna playa puede ser como las de Cádiz!!. Y los arrosticini, están muy buenos, pero tampoco son como esas gambas…