Mario Monicelli es otro de esos personajes que hizo Roma, por eso es recordado en muchos rincones de la ciudad, sobre todo en el que fue su barrio, Monti, pues durante años (y hasta el final) vivió en un pequeño apartamento “de estudiante” en la Via dei Serpenti 29. Mario vivió 95 años, muchos de ellos dedicados al cine. Mejor dicho al CINE. Pues fue uno de los creadores – como director y como guionista – de la comedia italiana, esas películas que miraban desde el humor, con sarcasmo e ironía, una realidad dura. Trabajó con Totò, con Alberto Sordi, con Vittorio Gassman, Anna Magnani, Marcelo Mastroianni, Sofia Loren, es decir, con todos. Y entre las casi setenta películas que dirigió está “Rufufú”. Fue un idealista que pensaba que Italia era “una península a la deriva” (no la única, y esto lo añado yo) y por eso hasta el final se estuvo manifestando contra lo que consideraba injusto. Por lo que he leído, fue una persona muy peculiar y por eso no extraña que su final también lo fuera. Así con 95 años, en noviembre de 2010, después de que le diagnosticaran un cancer terminal, se tiró por la ventana. No se puede decir más. Una muerte en consonancia con su vida.