Ley de Murphy: Si algo puede salir mal, saldrá mal. O también conocida como “la tostada siempre cae del lado de la mantequilla”.
Y hoy, en un ejemplo clarísimo de esta ley tan burlona, me he encontrado a una japonesa – vestida con su vestido (kimono) y su cinturón (obi), calzada con sus sandalias (zori) y sus calcetines (tabi) y peinada con un gran moño – esperando un taxi en la Piazza della Republica, con las Termas de Diocleciano de fondo, y no he podido resistir la tentación de pedirle permiso para sacarle una foto y así poder compartir ese momento tan “romano” con vosotros, pero justo en ese momento…¡zas!…se me ha acabado la batería del móvil. ¡Porca miseria!. Aunque mi nuevo yo ha decidido creer que no ha sido la ley de Murphy, sino que indudablemente debe tratarse de algún tipo de señal extrasensorial que me anuncia mi próximo viaje a Japón (:D).

Pero mientras eso ocurre (o no), aquí en Roma nos ha alcanzado ya el otoño, aunque no porque la temperatura así lo indique, ya que durante el día los termómetros no bajan de 30 grados, sino porque lo dicen los calendarios y los escaparates de moda, que ya están llenos de ropa de temporada, pero sobre todo porque…

Me parto… Desde luego, no tienes parangón transmitiendo sensaciones, eres única…
Ah… Y esas castañas no pueden ser nunca como las del Bierzo ni aunque coincidieran en temporada… ¡¡Donde se ha visto que salgan castañas a 30º!! estos Romanos hacen cualquier cosa por vender la moda 😂😂
Probaré las castañas Almudena, e intentaré ser objetiva, pero yo creo que van a ser como las que en el Bierzo les damos a los cerdos…
ya nos cansaremos de hacer fotos de japonesas, my lof… o de albaceteñas, en su defecto!!
ayer zappeando vi a cristina y a meredith (grey, of course) pegadas a su ipad y a su iphone hablando todo el día y tratando de superar la distancia… yo me bajo ya hoy el puto skype o lo que sea, pero esto necesita remedio! que hablo contigo a solas!!
y tu foto, mira tú por donde, me ha llevado a lo que creía Roma, pero recordé que no, que era Milán, contigo, y justo donde está el de las castañas, a su izquierda, un sitio donde comimos una cosa que no recuerdo cómo se llamaba, que era como una empanada y súper típica (menos mal que te llevo por el mundo de guía turística), y había mucha cola… eso fue en Milán, no? y coincide conmigo que parece exactamente esa calle… he sufrido una translocación absoluta!
y que te quiero, claro… y que el otoño parece que este año va a empeñarse en que, al menos aquí, vuelva a llover en nuestro cumple, como el año pasado, como otros escasos cuatro…
y que… esto por qué se come el final de mis palabras de fin de líneaaaa! entre m dislexia teclil y la técnica, ains!
Pues que te bajes el skype, que no es pa tanto…
Y que cuando leí este comentario la primera vez pensé “Ana tiene que volver al oculista”, pero que no, que he vuelto a ver la foto y tienes razón que la foto (y sólo la foto) pueden tener un poco que ver con el sitio ése que dices de Milán…qué ricas las empanadillas aquellas…¡uuummm!
de un poco nada, un todo.