Hay sitios por los que pasas casi todos los días y no se te ocurre entrar. La iglesia de Santa María del Popolo, junto a la puerta norte de Roma, es uno de esos sitios. Es una iglesia que a mí nunca me había llamado la atención, hasta que entré. Para empezar es mucho más grande de lo que parece desde fuera. Además el interior es diferente a otras iglesias de Roma, porque los techos no tienen ninguna decoración, lo que hace que los cuadros de las capillas destaquen especialmente. Hay un par de obras de Caravaggio y también toda una capilla decorada por Rafael. Así que no la ignoréis, como he hecho yo hasta hoy y, si pasáis por allí y está abierta, echadle un vistazo.
Pero aún más que la Iglesia, llama la atención la historia de su origen, ya que cuentan que después de la muerte de Nerón, su fantasma seguía aterrorizando a los romanos y siendo motivo de culto de los hechiceros, que se reunían junto a su tumba (sobre la que creció un nogal) para inspirarse a la hora de hacer brujería negra. Y así durante…¡mil años!. Hasta que en 1090 el Papa Pascual II decidió que ya era hora de acabar con tanto miedo y decidió hacer un exorcismo que terminara con el fantasma de Nerón. Así, después de la ceremonia, con rezos cardenalicios y aparición de la Virgen incluida, pensó que era momento de talar aquel roble y construir una capilla dedicada a Santa María. A lo largo de los siguientes siglos, la capilla fue ampliada y reformada hasta el día de hoy en que yo he ido a visitarla 😛
