Ya he dicho varias veces que lo mejor de tener visitas en casa (aparte de la compañía y del trocito de terruño que nos traen) son las miradas desde otra perspectiva y las preguntas que nunca te habías hecho. Hoy, entre lluvia y diluvio, paseamos por la Vía Appia Antica. ¿Y hasta dónde va? Esto…guau. Pues probablemente al mar. Y efectivamente, ahora lo puedo decir con conocimiento de causa, la Vía Appia fue en su momento la reina de las grandes calzadas romanas, unía Roma con Brindisi, que era el puerto desde el que se establecía el comercio con Oriente. Esta carretera, aún hoy muy bien conservada, es hoy un lugar estupendo para dar un paseo o hacer deporte, pero en tiempos fue símbolo del propio imperio, pues trajo la estabilidad, la paz y la libertad. Dicho queda…