Ayer os hablaba de Olimpiadas y hoy de un trail…¡¡estoy de un deportivo últimamente!!. Y es que hoy salimos de Roma, sólo unos treinta kilómetros, para llegar hasta Anguillara, salida y meta de la carrera de 21 kilómetros que transcurría, pues eso, entre dos lagos, concretamente el de Bracciano y el de Martignano. Los que la han hecho (cuatro locos de la pandilla, entre ellos maridísimo) contaban que, aunque la carrera era difícil por los desniveles y las sendas, más que caminos, por las que discurría, los paisajes eran tan espectaculares que todo merecía la pena. En general han llegado enteros. O al menos lo suficientemente enteros como para, sin ni siquiera ducharse, meterse entre pecho y espalda un par de platos de pasta con carne de jabalí y una bandeja enorme de carne a la brasa, en il Casale di Martignano, del que ya os he hablado alguna vez. Así que…el año que viene me apunto, pero a la versión abreviada de 10 kilómetros, que también la hay, para los valientes…pero menos.
Hombre lo harás sobretodo por la comida de recompensa…espero….
Por cierto,maridisimo ya veo q está mejor ,para meterse 21km. A correr