Mes: mayo 2016
Bologna: los 7 secretos
Hay ocasiones en que el camino es más largo que el tiempo en el destino. Pero a veces merece la pena. Hoy pasamos casi cinco horas en tren (entre ida y vuelta, retrasos, obras y demás batallitas italianas) para descubrir en poco más de seis horas, los siete secretos de Bologna de la mano de una de mis “encineras” favoritas. Los comparto con vosotros por si os acercáis a esta agradable ciudad…
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Los canales. Porque aunque ya no queden muchos aún pueden verse alguno de estos canales de agua subterránea que en tiempos hacían de esta ciudad una pequeña Venecia.
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Las tres flechas. Y es que, por lo que nos han contado, había un par de maleantes que iban a matar a un comerciante, cuando de una de las ventanas salió una mujer desnuda que, obviamente, distrajo su atención, haciendo que las flechas se clavaran en el techado de madera. Las flechas aún continúan en el lugar, aunque a decir verdad yo sólo he conseguido ver dos.
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Neptuno. Y es que ¡claro! yendo con la atlética villaodonesa, teníamos que pasar a presentar nuestros respetos al dios del mar, cuya representación tuvo que ser retocada por el escultor después de que el Papa de la época considerase que ponía en evidencia la virilidad del resto de los mortales.
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En el Cantón de Fiori nos recuerdan un dicho medieval: el Pan es vida, el vino alegría y el cannabis protección.
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La cara del diablo. Llegando a la iglesia de San Stefano, hay un edificio donde están esculpidas las caras de todos los miembros de una importante familia local, incluido este, al que parece ser que el artista añadió por propia voluntad y a raíz de algunos comportamientos de la dichosa familia.
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El arco de los susurros en la plaza mayor, que permite escuchar lo que están diciendo desde el otro lado.
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La meridiana de San Petronio, un agujero en el techo que deja entrar los rayos de sol que indican sobre el suelo de la basílica la fecha exacta.
Además de estos secretillos, Bologna tiene muchas cosas más: la plaza mayor, los soportales, el archiginnasio, las siete iglesias, las callejuelas llenas de encanto, los tortellini…y las hosterías donde no te dan de comer. ¡¡Mola Bologna!!
Basílica San Lorenzo Fuori le Mura
Esta tarde paseamos por el barrio de San Lorenzo a una hora demasiada temprana como para verle el encanto, que reside sin duda en su ambiente universitario; sin embargo, lo que sí que pudimos ver fue la Basílica patriarcal de San Lorenzo, también llamada al Verano (por estar situada junto al cementerio del mismo nombre). La iglesia, tan curiosa y original que no puede dejar indiferente a nadie, fue construida en gran parte en el S.XII y S.XIII, aunque una parte es incluso del S.VI y una mayoría fue restaurada en 1943 después del primer bombardeo sobre Roma. En todo caso destaca su pórtico con frescos antiguos, sus columnas, la tumba de Pio IX, el arco triunfal…
Car2Go
A ver, sinceramente, no recomiendo a los turistas moverse en coche por esta ciudad. Sin embargo, debo admitir que mi vida en Roma sin coche se complica considerablemente, llegando casi a lo inabarcable. Por eso, en momentos como los de hoy en que de repente se estropea el coche, lo mejor es recurrir a un alquiler por minutos y para eso está, entre otras, Car2Go. Hay que registrarse como cliente en su página, dar una tarjeta de crédito y luego pasarse por una sede para que te validen el carnet de conducir y luego…¡¡directa al caos romano!!. La verdad es que si fuera por mí aún estaría intentando abrir la puerta del coche, menos mal que tenía un tutorial fantástico que hicieron unos amigos para torpes como yo. Pero para los que seáis un poco más habilidosos, hay que reconocer que no es demasiado difícil, así que…a por ello.
Neptuno
En la Piazza Navona está la fuente de Neptuno, como esa otra de Madrid donde los atléticos celebran sus triunfos. Hoy fui con la villaodonesa hasta allí, antes del partido de Champions, para encomendarse a dioses y a santos, con el objetivo de que esta noche la villaodonesa, maridísimo y los bambini sean un poco más felices.
El Coliseo
Día de sol, nubes y chaparrones. Pero sobre todo de pasear por Roma y redescubrir lugares por los que generalmente no paso… Por cierto,qué bonito está el Coliseo desnudo de andamios, más impresionante aún.