Mi amiga Kubelick siempre anda recomendando series, no en vano se dedica profesionalmente a ello. Reconozco que a veces le hago caso y a veces no. Pero cuando el otro día escribió que se había quedado pegadita al documental de Amanda Knox, que era morbo con patas y una gozada, no necesitó decir nada más…allá que me fui corriendo a buscarla en Netflix, sobre todo porque podía enlazarlo con mi vida italiana pues no en vano el documental trata de desentrañar los misterios que aún quedan del asesinato de una estudiante inglesa en Perugia y de la acusación a su compañera de piso, americana, y al “novio” italiano de ésta. A mí estas historias truculentas no me interesan mucho, me revuelven un poco y tampoco hay necesidad, pero ésta decidí verla sobre todo porque dura sólo hora y media, es en italiano e inglés y, aunque no sale Roma, sí que sale la bella Perugia, además confirma que la realidad siempre es más exagerada que la ficción y algunos de nosotros somos auténticos personajes en esta mala tragicomedia que es la vida.