Hoy, rizando el rizo, hemos tenido una “pigiama party” en casa con los amigos del ojazos. Había invitado a ocho, recogida en el colegio y retorno al colegio al día siguiente. Al final dos se fueron antes de cenar. No puedo deciros que las fiestas de pijamas con italianitos y francesitos sean muy diferentes de las de los españolitos de metro veinte. Ya sabéis: las peleas, las risas, el fútbol (jugarlo y comentarlo), las chapas y el futbolín, las canciones (despacito, siempre despacito), las pizzas (aquí mejores), los pedos y eructos, los cuchicheos a media noche, las lágrimas de algunos porque echan de menos a sus mamás, los desvelos apenas sale el sol, en fin, lo de siempre… bueno, eso sí, nunca me había pasado que un niño manchase un poco el calzoncillo y decidiese tirarlo por el desagüe del inodoro…hemos rozado el drama 😛 . ¡¡Echaré de menos a estos piccoli ragazzi que han llenado la vida de mi pequeño ojazos durante cuatro años!!